Es un proceso de discipulado de 9 meses para ayudar a las personas a encontrar una relación íntima y permanente con Cristo que les permitirá convertirse en personas influyentes en su mundo.
Los creyentes aprenden a “Estar quietos y saber que Él es Dios”, y a acercarse a Él a través de Su Palabra antes de intentar “hacer” cualquier cosa por Él. A través de esto, Dios ayuda a quitar los obstáculos en sus vidas, para que Él pueda dar fruto en ellos. El Fruto del Espíritu habilita los dones del Espíritu. Los participantes del viaje se convierten en personas influyentes de Dios en sus familias y en su mundo.
Toda persona que está inconforme con su relación personal con Dios y que a pesar de su caminar espiritual, sabe que hay más de Dios.